La roya es un hongo que ataca las plantas de café y está provocando una disminución drástica en su producción, lo que afecta gravemente a las familias que tiene dicha producción como su principal fuente de ingresos. Las tasas de desnutrición entre los niños en estas áreas son significativamente más altas que el promedio nacional y se espera que aumente.
Se estima que esta crisis vaya a peor y que tenga un impacto duradero ya que las nuevas plantas de café requieren de hasta 3 años para comenzar la producción, y la mayoría de los pequeños y medianos productores no tienen los medios necesarios para renovar sus plantaciones enteras. El Salvador podría perder una parte significativa de sus áreas de cultivo de café como resultado.
Amilcar Gonzalez tiene 21 años y vive con su mujer Xiomara, de 17, su hija de cinco meses y otro miembro de la familia en la Comunidad del Pinar. Es una zona rural de pobreza extrema y con alto riesgo de desastres naturales. Amilcar es el único que aporta dinero a la casa a través de un trabajo temporal en una finca de café en la que gana 5 dólares al día como máximo. El trabajo ha sido escaso durante el último año debido a la infección de la roya– una plaga que recorre el país y los países colindantes. Amilcar está muy preocupado por el empeoramiento de la situación y no ve claro cómo seguir proporcionando a su familia alimentos y productos de primera necesidad. Teniendo en cuenta que su familia ya vive muy apurada, cualquier mínimo cambio en su situación puede significar un gran diferencia.
Con el empeoramiento de las perspectivas, Amilcar dice que van a tener que reducir las raciones y, probablemente, también cortar algunos alimentos básicos en la dieta de la familia. Un hecho que le preocupa porque puede afectar a su salud, y especialmente a la de Xiomara que todavía está dando el pecho.
Cree que la situación de emergencia podría extenderse los dos próximos años, lo que le oblige a buscar otros trabajos. Si no tiene éxito, Amílcar y su familia se tendrán que enfrentar a complicaciones graves en su salud y a más dificultades de las que ya están viviendo.
En Save the Children estamos evaluando esta crisis desde sus inicios y hemos llevado a cabo una distribución de alimentos en colaboración con el programa Mundial de Alimentos